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Por una mayor igualdad en la educación superior en América Latina

El BID brinda a los estudiantes afrodescendientes talentosos la posibilidad de acceder a una educación de calidad para que puedan contribuir con las comunidades, cultivar el espíritu empresarial y mejorar las posibilidades de empleo.

María Daniela Ayoví Angulo es de Borbón, una comunidad rural en la provincia costera de Esmeraldas ubicada en el norte de Ecuador, hogar de la mayor parte de la población afro-ecuatoriana. Borbón es una comunicad de 6.300 habitantes y está ubicada en la confluencia de tres ríos: el Onzole, el Cayapas y el Santiago, que se utilizan para transportar productos agrícolas y de aserradero.

Imagen eliminada.“Nuestros ríos están contaminados debido al reciente desarrollo y crecimiento de la población”, comenta Daniela. “La situación se ve agravada por la falta de control de desechos como recolección de residuos y sistemas de drenaje en la comunidad. Cada vez más, las personas presentan enfermedades de la piel o del aparato digestivo. Sentí que era el momento de educarnos para encontrar soluciones a estos problemas y para proteger el medioambiente”, comenta.

Daniela recibió una beca por parte del programa de Becas para Estudiantes Indígenas y Afro-latinos (IALS) creado por el Banco Interamericano de Desarrollo ( BID ) y la Universidad de Georgetown,que le permitió estudiar administración de recursos naturales en Mount Hood Community College, en Oregón, Estados Unidos.

Después de finalizar sus estudios, tuvo la oportunidad de aplicar su conocimiento y aptitudes para ayudar a la comunidad iniciando una campaña de reciclado. Se describe a sí misma como una activista con espíritu empresarial.

“Lanzamos el proyecto de reciclado para inculcar un hábito de reciclaje que no existía en Borbón,” comenta.“A través de la educación, capacitación y una campaña de concientización, la iniciativa no sólo reduce la basura y ayuda a crear un medioambiente más saludable, sino que genera ingresos mediante la venta de productos reciclados para comprar nuevas pizarras y otros artículos escolares”.

Daniela es una de los 80 estudiantes que se beneficiaron entre 2008 y 2010 con el programa IALS, que recibió una financiación de US$3 millones por parte del BID. Más del 50 por ciento de los beneficiarios fueron mujeres y el 33 por ciento fueron descendientes de africanos, que tenían un acceso limitado a la educación en América Latina y el Caribe.

Basándose en un modelo creado por el Centro para la Educación Intercultural y el Desarrollo (CIED)de la Universidad de Georgetown con financiación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el programa IALS fue creado para promover mejores oportunidades de educación y para poder satisfacer las necesidades de desarrollo de los jóvenes indígenas y afro-latinos de las comunidades rurales de cuatro países andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) como parte de un proyecto piloto de dos años con financiación del BID.

El CEID de Georgetown trabajó a la par de instituciones académicas asociadas en los Estados Unidos y América Latina para diseñar e implementar programas de capacitación técnica eficaces sobre tecnología aplicada a recursos naturales y turismo ecológico y cultural, agronegocios y administración de pequeñas empresas con el objetivo de promover una matriz diversificada de desarrollo económico y la protección del medioambiente de las comunidades de afrodescendientes  e indígenas. Los programas también incorporaron desarrollo de liderazgo, igualdad de género, experiencia intercultural, prácticas profesionales y servicios comunitarios.

Una de las características principales del programa IALS es el trabajo en conjunto con las organizaciones y escuelas de la comunidad local para identificar a los posibles candidatos. Esto resulta particularmente importante para las mujeres jóvenes, quienes generalmente no tienen la confianza o apoyo familiar para realizar las prácticas. El programa valora la experiencia y aptitudes que los jóvenes ya obtuvieron a lo largo de su participación en la escuela y en actividades comunitarias. Es un modelo de enfoque ascendente basado en la información y los conocimientos que poseen los candidatos a nivel local.

“El programa IALS es una de las pocas oportunidades accesibles para las comunidades ubicadas en zonas conflictivas”, comenta Gloria Almeyda, administradora del proyecto en CEID.“Los directivos del programa trabajan junto a las instituciones y comunidades locales para identificar a posibles candidatos y fortalecer sus aptitudes de liderazgo, y luego trabajan con las instituciones académicas asociadas para integrar completamente a los estudiantes de antecedentes variados, valorando su cultura y aprovechando la experiencia de los estudiantes afrodescendientes”, comenta.

Imagen eliminada.Cediel Tenorio Mezu es un claro ejemplo de los frutos de tales esfuerzos. Cediel es de Padilla, Cauca, un área principalmente habitada por afrodescendientes. El área, como muchas otras regiones de Colombia, ha sufrido los efectos del conflicto armado que azotó al país durante décadas y que ha dado como resultado el desplazamiento de comunidades, el crecimiento de la pobreza y la pérdida de vidas.

A través del programa de becas, estudió administración de empresas agrícolas en la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe, Argentina y desarrolló un programa innovador para revertir los efectos adversos de la deforestación y la degradación del medioambiente en su comunidad, que a su vez logró un impacto económico y social positivo.

El CEID ha concluido recientemente la evaluación del programa de becas, que demostró un gran impacto positivo y piensa lanzar una segunda fase del programa con apoyo del BID.

Fondo de Inclusión Social Lumni-BID

El Fondo de Inclusión Social Lumni-BID, lanzadoen mayo de 2011, es otro ejemplo de los esfuerzos del BID por ayudar a los jóvenes afrodescendientes talentosos y de escasos recursos. El fondo ofrece una alternativa de sector privado para financiar oportunidades de educación superior para jóvenes descendientes de africanos e indígenas sobresalientes en América Latina.

Imagen eliminada.El fondo financiará la matrícula y los gastos básicos de los estudiantes. Una vez que se gradúen, los estudiantes devolverán el dinero al fondo con un porcentaje de sus salarios. El modelo de financiación ofrece a los estudiantes una alternativa accesible y menos costosa que los préstamos a estudiantes tradicionales.Y además, a medida que van devolviendo el dinero al fondo, ese mismo dinero queda disponible para futuras generaciones de estudiantes. El programa también ofrecerá servicios de tutoría y de inserción laboral para poder reducir las tasas de abandono frecuentes en los estudiantes de grupos sociales en desventaja.

El Fondo Multilateral de Inversiones ( FOMIN ) del BID jugó un papel decisivo en la puesta a punto del modelo empresarial y del sistema de tutoría de Lumni ya que fue el pionero en introducir la metodología de financiación de capital humano.

El Departamento de Financiamiento Estructurado y Corporativo ( SCF ) del BID diseñó y dio forma a este programa nuevo, que recibe una financiación de US$470.000 del Fondo de Género y Diversidad del BID.

El nuevo programa incluye un proyecto piloto en Colombia para promover el acceso a una educación superior para sectores de escasos recursos y para incrementar las posibilidades de empleo en el mercado del trabajo a través de inversiones sostenibles del sector privado.

Imagen eliminada.Los líderes afro-colombianos más importantes, como el recientemente electo gobernador de Chocó, Luis Gilberto Murillo, y a la ex-Ministra de Cultura Colombiana, Paula Moreno, se unieron al personal de alto rango del BID en la celebración del lanzamiento de esta iniciativa innovadora y de alto impacto para cerrar las brechas en la educación superior en la región.

Aunque Colombia tiene la segunda población de descendientes de africanos más grande de América Latina (20-30 por ciento de la población, equivalente a 10 a 17 millones de personas), menos del 8 por ciento de afro-colombianos tiene acceso a la educación superior. Colombia ofrece tierra fértil para la exploración del potencial de este innovador programa.

Las compañías privadas en Colombia ya han entregado US$300.000 al Fondo de Inclusión Social Lumni-BID, que ha beneficiado a 37 estudiantes desde su lanzamiento en marzo. Se espera que el programa apoye a 500 estudiantes más a través de una relación estratégica con las empresas.

“El BID sigue siendo un dinamizador en la construcción de relaciones y en la movilización de recursos de ambos sectores, público y privado”, comenta Diana Navas, Gerente de Fondos de Lumni. “El banco también juega un papel importante como agente de conocimiento para expandir y ampliar el programa”.

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