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La voluntad integradora de América Latina

Desde 1990 se han acordado más de 30 acuerdos regionales con países de América Latina y el Caribe y otros nueve están en proceso. El promedio de aranceles aduaneros en la región cayó desde más del 40 por ciento, a mediados de 1980, a cerca del 12 por ciento una década después. En la década de los noventa, el comercio en América  Latina ha crecido más rápido que el comercio mundial. A pesar de que disminuyó entre los años  2000 y el 2002, el comercio se recuperó en el 2003 al registrarse un aumento del 8 por ciento en las exportaciones regionales.

No obstante, la transición hacia el libre comercio sigue siendo una tarea difícil. Los acuerdos subregionales y áreas de libre comercio requieren capacidad para negociar e implementar acuerdos complejos, un ambiente macroeconómico estable, ajustes sectoriales, un buen manejo del gobierno, inversiones en infraestructura y atención a los problemas de pobreza y equidad. La creciente tendencia a buscar áreas de libre comercio con EE.UU., la Unión Europea, Canadá y Japón ha intensificado el reto que tienen los países de la región debido, en parte, a la gran magnitud de la tarea.

El Banco Interamericano de Desarrollo siempre ha apoyado el aumento del comercio y la integración regional. En los últimos años el Banco ha sido aun más activo en su apoyo como consecuencia del paso apresurado de estas negociaciones y del reconocimiento del desafío que este proceso supone para América Latina.

El BID es consciente que la iniciativa sobre el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es una herramienta importante para el desarrollo y ha apoyado este proceso desde sus orígenes, en 1995, tanto de manera financiera como técnica.

En noviembre del 2002, los países de la región lanzaron un  nuevo Programa de Cooperación Hemisférica para fortalecer la capacidad de negociación e implementación de acuerdos y hacer posible la transición hacia el libre comercio. Esta iniciativa contó con el respaldo del BID.

El apoyo del BID para ampliar el comercio y la integración también incluye nuevas herramientas financieras. En el 2001, el Banco introdujo la Facilidad para el Sector del Comercio, un procedimiento rápido para aprobar préstamos de hasta US$ 5 millones, con el fin de apoyar a los países en las negociaciones comerciales y la administración de acuerdos. Hasta la fecha, ocho préstamos han sido aprobados o están en proceso gracias a este instrumento flexible de préstamo.

A mediados del año 2003 el Banco aprobó el Programa de Préstamos para el Comercio, Integración y Competitividad para asistir a los países en la transición hacia el libre comercio. Para ello se creó el “préstamo híbrido” que combina en un solo paquete diferentes tipos de productos financieros. El primer préstamo bajo este programa es para Costa Rica.

Muchas de las cooperaciones técnicas regionales también han apoyado a la Comunidad Andina, a MERCOSUR y otras subregiones, financiando proyectos tan diversos como la consolidación del mercado regional, el fortalecimiento de las instituciones regionales, el apoyo a los países de la región para enfrentar sus obligaciones con la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la asistencia al progreso de la infraestructura regional a través de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional en Sudamérica (IIRSA) y el Plan Puebla-Panamá.

Durante el periodo 2002-2004, el BID creó la Iniciativa Especial para el Comercio y la Integración, la cual facilita herramientas para los negociadores y legisladores en la política del comercio, apoya la acogida pública, organiza conferencias y produce documentos sobre política de renombrados especialistas.

En el contexto del Programa del Diálogo en Política Regional del Banco, los viceministros de comercio se reúnen regularmente para discutir la agenda preparada para ellos con apoyo técnico y logístico del BID.

El Fondo Multilateral de Inversiones del Grupo BID recientemente financió cerca de 10 proyectos para ayudar a los gobiernos y a las organizaciones a simplificar o eliminar los obstáculos en el comercio. Estos abarcan la mejora en procedimientos aduaneros, la realización de reglas técnicas y la capacitación relacionada con las mismas, la mejora en el clima de inversión y la obra de capacitación para lidiar con la política de comercio gubernamental.

Otras iniciativas para aumentar los lazos interregionales se desarrollaron con fondos del Programa Japón del BID,  en colaboración con el Banco Asiático de Desarrollo. Por otro lado, el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) del BID tiene 36 cursos de entrenamiento para los negociadores programados para este año. La mayoría de dichos cursos cuentan con la colaboración de la Secretaría de la OMC. Además, INTAL apoya los documentos de trabajo y organiza conferencias y foros.

El Banco también colabora con la Comisión Europea en el apoyo para la integración regional y la capacitación para el comercio después de la firma, en mayo del 2002, de un amplio acuerdo.

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