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Nuevo estudio del BID: Corea ofrece lecciones sobre comercio, inversión y políticas públicas a América Latina y el Caribe

Informe preparado para el Foro de Negocios Corea-América Latina y el Caribe describe las oportunidades que existen para lograr un mayor involucramiento

En los últimos años, la emergencia de China como potencia económica ha eclipsado a otras economías dinámicas de Asia, como Corea. Sin embargo, un nuevo estudio publicado hoy por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sostiene que los países de América Latina y el Caribe deben poner su atención en Corea, una economía de rápido crecimiento que ofrece numerosas oportunidades para el comercio y las inversiones bilaterales. 

Imagen eliminada.El estudio Korea Breaking the Mold of the Asia-Latin America Relationship fue coordinado y escrito por Mauricio Mesquita Moreira, coordinador de la investigación del Sector de Integración y Comercio del BID, junto con la investigadora asociada Cecilia Heuser. Este estudio fue preparado para el Foro de Negocios Corea-América Latina y el Caribe, una importante conferencia internacional que se lleva a cabo del 21 al 22 de octubre en Seúl, Corea. 

“Corea representa mucho más que ser únicamente otro atractivo mercado de exportación para los países de América Latina, o una fuente de inversión extranjera”, dice Moreira. “Corea es una prueba de que los países en desarrollo son capaces de ascender hacia la cúspide en búsqueda de una mayor prosperidad económica, si siguen una política económica prudente y dedican amplios recursos a la educación y la innovación”. 

En menos de 30 años, Corea transformó su maltratada economía —después de la Guerra de Corea, por ejemplo, sólo tenía la mitad del ingreso per cápita en comparación con el promedio de los países en desarrollo—, y se convirtió en una economía desarrollada altamente sofisticada —siendo el mayor exportador de una amplia gama de productos de alta tecnología—, y que se encuentra respaldada a su vez por una fuerza laboral altamente educada y un sector privado de primera clase en todo el mundo. Hoy, Corea tiene una economía de un billón de dólares y muestra un ingreso per cápita de alrededor de US$20.000, con un promedio de crecimiento del 7 por ciento anual desde la década de los años sesenta. 

A pesar de poseer escasos recursos —ya que Corea, como China, importa grandes cantidades de recursos naturales de América Latina, como minerales, petróleo y productos agrícolas—, sus bienes manufacturados representan en cambio cerca del 30 por ciento de lo que Corea le compra a América Latina y el Caribe. Esto es en parte porque Corea ya se ha modernizado más allá de sus sectores de trabajo intensivo, y ni siquiera representa una amenaza competitiva a la mayoría de las industrias de América Latina y el Caribe, de acuerdo con el informe. 

En los últimos siete años, Corea también ha destinado tres veces más que China su inversión extranjera directa hacia América Latina, invirtiendo en minería, así como en fábricas, produciendo todo tipo de manufacturas, desde ropa hasta productos más sofisticados como televisión, al igual que artículos electrónicos y electrodomésticos. El próximo año, Hyundai Motors inaugurará una planta de ensamblaje de automóviles en Brasil para construir automóviles de combustible variable destinados a un mercado de consumo que se encuentra en un proceso de rápido crecimiento. 

Durante las últimas dos décadas, el comercio bilateral entre Corea y América Latina y el Caribe ha crecido rápidamente, expandiéndose a una tasa anual promedio de 16,1 por ciento, más rápido que su crecimiento comercial con Estados Unidos (7,4 por ciento) o la Unión Europea (7,4 por ciento). Sólo el comercio con China creció a una tasa anual más rápida, un 27,5 por ciento. Sin embargo, el comercio bilateral entre Corea y América Latina y el Caribe asciende actualmente a sólo US$44.000 millones, lo que supone apenas el 2,5 por ciento del comercio de América Latina y el Caribe. Esto significa que aún existe un amplio margen de crecimiento. 

Parte de la razón que explica la rápida expansión comercial son las profundas reformas económicas llevadas a cabo en América Latina desde mediados de 1980, que redujeron las barreras comerciales con el resto del mundo. Los acuerdos de libre comercio (TLC) con Chile y Perú, y los futuros TLC en negociación con México y Colombia, se sumarán a este dinamismo. 

Sin embargo, el estudio señala que el comercio sigue estando altamente concentrado en tan sólo cinco países del cono sur de América del Sur. La existencia de barreras arancelarias y no arancelarias, así como la presencia de cuellos de botella logísticos, todavía hacen que el costo del transporte de mercancías sea alto. Además, pocas empresas de América Latina se han aventurado a ingresar en Corea con inversiones propias, y la mayoría de ellas aún tiene espacio para aprovechar ese mercado. 

Sin embargo, los gobiernos de ambas regiones están ampliando sus acuerdos de cooperación Sur-Sur, intercambiando ideas y experiencias sobre ciencia e innovación tecnológica, y tomando en cuenta también las mejores prácticas en materia de educación y tecnologías de energía limpia. 

“Estas iniciativas sólo arañan la superficie de una rica gama de oportunidades que tienen Corea y América Latina para aprender unos de otros”, señala Moreira.

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