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Iglesias: América Latina debe aprovechar repunte para enfrentar eventuales ajustes en economías avanzadas

LIMA – América Latina debe aprovechar la incipiente recuperación económica de la región para atender sus problemas de inestabilidad política y descontento social y prepararse para el impacto de un eventual ajuste en las economías avanzadas, especialmente en los Estados Unidos, afirmó hoy el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique V. Iglesias.

Al inaugurar la XLV reunión anual de las Asambleas de Gobernadores del BID y la Corporación Interamericana de Inversiones, Iglesias señaló que la economía latinoamericana podría crecer en alrededor de 4 por ciento en el 2004, tras un lustro de desempeño decepcionante.

Sin embargo, anotó, este repunte se debe mayormente a los aumentos de precios de materias primas exportadas por la región, el crecimiento de las economías de países industrializados, la devaluación del dólar frente a otras divisas y las bajísimas tasas de interés internacionales.

“La recuperación económica amparada exclusivamente por factores externos no suele durar, como bien nos lo recuerda la experiencia de nuestra región y la historia del mundo”, dijo Iglesias. “Tarde o temprano, debemos esperar ajustes.”

Los países latinoamericanos y caribeños deberán aprovechar esta fase favorable para consolidar las reformas económicas que han funcionado bien, corregir las que no han dado resultado y encarar aquellas que han quedado pendientes para aumentar la eficiencia de sus economías y asegurar una distribución más justa de sus beneficios, agregó.

Iglesias también manifestó preocupación por la turbulencia política que sufren o han padecido recientemente algunos países de la  región, que reflejan desencanto entre los ciudadanos con el funcionamiento de la democracia y los resultados de las reformas económicas.

“A diferencia de cómo se distribuyeron los beneficios de la estabilización económica y el control de la inflación entre un amplio espectro de la población, las políticas de reforma y liberalización no siempre distribuyeron equitativamente sus beneficios y sus costos”, observó.

Iglesias dijo que el BID, antes de poner en marcha reformas, continuará evaluando quiénes serán los beneficiarios de los programas para diseñar mecanismos que reduzcan el riesgo de que unos pocos “capturen” cuotas desmedidas de los frutos del crecimiento.

Prudencia, equidad e integración

Para amortiguar los impactos de los eventuales cambios en las condiciones económicas internacionales, los países latinoamericanos y caribeños deberán administrar con prudencia este período de recuperación, aumentar los dividendos sociales para los sectores que más sufrieron en años recientes y fortalecer su competitividad y su capacidad para negociar en foros comerciales.

Entre las tareas económicas pendientes, Iglesias señaló la necesidad de consolidar la confianza en las finanzas públicas, mejorar el perfil de la deuda externa, fortalecer los sistemas financieros y crear un clima favorable para las inversiones.

Estos esfuerzos requerirán aportes tanto de los países de la región como de la comunidad internacional. Iglesias comentó que el BID está colaborando con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en el estudio de una nueva metodología para contabilizar el gasto en infraestructura en la formulación de metas de programas económicos. Esto permitiría abrir un espacio fiscal para aumentar la inversión pública y, por ende, el potencial de crecimiento de la región.

Al mismo tiempo, los gobiernos necesitan conquistar la confianza de los inversionistas, evitando causar incertidumbre con los cambios unilaterales de reglas y acuerdos.

En el campo social, la región debe modernizar la legislación laboral para alentar la creación de empleos en el sector formal, aumentar la eficiencia del gasto en servicios públicos como la educación y la salud, promover la inclusión social de grupos tradicionalmente marginados como los indígenas y los afro-descendientes, y alentar la participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones de políticas.

Por otra parte, Iglesias manifestó que confía en que los países latinoamericanos y caribeños avanzarán en el proceso de negociación para la creación del Área de Libre Comercio de las Américas, más allá de las disputas relacionadas con los subsidios agrícolas y las barreras al comercio en naciones industrializadas, que es fundamental que sean abordadas por los países centrales.

El BID, agregó, está listo para prestar apoyo integral a los países prestatarios en procesos de apertura e integración, tanto en las negociaciones de los acuerdos como en el apoyo a las importantes reformas estructurales que deberán hacer los países para aumentar los beneficios de la apertura externa y reducir y compensar los costos.

La ayuda puede abarcar el fortalecimiento de la capacidad negociadora, la competitividad, la infraestructura básica, la modernización aduanera y fiscal y la asistencia a sectores afectados durante la transición al libre comercio.

Asuntos internos

En cuanto al BID, Iglesias expresó a los gobernadores que la nueva política de suficiencia de capital ha permitido a la institución defender su solidez financiera. Gracias a su dotación patrimonial, el BID cobra los intereses más bajos de todos los bancos multilaterales.

Asimismo dio cuenta de las diversas medidas adoptadas para fortalecer los sistemas de controles internos contra el fraude y la corrupción y para armonizar las reglas de gobernanza institucional en línea con las mejores prácticas internacionales.

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