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América Latina enfrenta difícil coyuntura

PARIS - El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique V. Iglesias, advirtió hoy que a América Latina y el Caribe les esperan tiempos difíciles en el corto plazo, pero se declaró optimista a largo plazo si la región avanza en su integración y refuerza sus sistemas políticos para superar la pobreza y la desigualdad.

Al inaugurar la Cuadragésima Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del BID y la Decimocuarta Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del la Corporación Interamericana de Inversiones, Iglesias afirmó que "sería iluso pensar que los tiempos que vienen serán fáciles...en particular 1999 será un año de dificultades, en el que muchos países tendrán un crecimiento menor que en 1998; continuará un clima de inestabilidad externa y sufrirán presiones que amenazan la continuidad de las políticas económicas y sociales".

Iglesias se pronunció por la prosecución de los procesos de reforma actualmente en marcha en la región pero destacó la necesidad de concentrarse en reforzar los sistemas políticos y la integración regional, la cual "cumple una función cardinal en el proceso de reforma económica, modernización y democracia".

"La política es vital en la vida de los pueblos", afirmó Iglesias. "La reforma judicial, el fortalecimiento de los parlamentos y la promoción de la sociedad civil son fundamentales para consolidar y profundizar los sistemas democráticos," subrayó.

A juicio de Iglesias, si América Latina no ha logrado resolver el problema de la pobreza y desigualdad a pesar de haber sido una de las regiones del mundo con mayor crecimiento en este siglo, "es fundamentalmente por la debilidad en el funcionamiento de sus sistemas políticos".

Si las políticas no han sido eficaces, dijo, se debe "a la debilidad de instituciones democráticas, lo cual explica que los países que han alcanzado más alto grado de desarrollo sean los que cuentan con instituciones democráticas mas arraigadas."

"Debemos pasar de democracias electorales a democracias plenas", agregó, "con efectiva independencia y apropiada armonía entre los diferentes poderes del Estado, con sólidos sistemas de partidos políticos, con fuertes agencias de regulación, supervisión y control, con servicios profesionales que den al Estado y a las políticas públicas los grados de independencia en relación con los intereses corporativos, familiares u otros de los cuales con frecuencia se carecen," agregó.

El presidente del BID destacó también la importancia de la descentralización en el suministro de muchos servicios tradicionalmente públicos, lo cual implica un proceso político y administrativo de transferencia de competencias a nuevos centros de decisiones y a nuevas jurisdicciones de gobierno, delegando a nivel local una parte importante de las funciones que afectan la vida cotidiana de los latinoamericanos.

 

Tras analizar el impacto de la crisis internacional y de los desastres naturales ocurridos en 1998, Iglesias se comprometió a orientar la labor del Banco para profundizar las reformas económicas y apoyar la inversión social, robustecer los mecanismos de regulación y supervisión, y, en particular, respaldar los esfuerzos de los países para fortalecer sus poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

Asimismo, seguirá apoyando los procesos de integración, con particular énfasis en la integración física y la transparencia de conocimientos, experiencias y mejores prácticas a los países de la región.

Iglesias reconoció la gravedad de la volatilidad financiera internacional y de los cataclismos que golpearon a la región el año pasado, pero destacó que, en lo que ha transcurrido de este año, América Latina ha vuelto a sorprender por su resistencia. Sin embargo, reconoció que también han aumentado los sentimientos de frustración y de desconcierto y se han generado nuevas inquietudes.

"La desigualdad de oportunidades debe preocuparnos. La experiencia demuestra que tan grave como la desigualdad del ingreso es la desigualdad en el acceso a los medios necesarios para generar ingresos. La falta de igualdad de oportunidades no sólo genera menos cohesión social...sino que constituye un factor limitante de la capacidad de desarrollo de los países ya que impide el uso eficiente de sus recursos", aseveró.

Entre los factores que permiten mirar el futuro con cierto optimismo, Iglesias destacó la evolución demográfica de la región. Debidamente aprovechado, el descenso en la tasa de fecundidad en muchos países latinoamericanos permitirá mejorar la educación y aumentar el ahorro y las fuentes de empleo, incorporando a más mujeres y jóvenes al mercado laboral.

"Hay un mensaje de optimismo para la región: tenemos la oportunidad y podemos resolver el problema de la pobreza y la desigualdad. Obviamente, no veremos de inmediato los resultados de la aplicación de las políticas correctas, pero las acciones deben tomarse ahora", señaló.

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